sábado, 1 de agosto de 2009

Por una Sexualidad Sana


El uso de métodos anticonceptivos, la decisión del número de hijos así como el momento de tenerlos han sido preocupaciones constantes en el ser humano.
En el antiguo Egipto las mujeres utilizaban una mezcla de estiércol de cocodrilo y miel para impedir el embarazo. Los hombres usaban fundas de colores para el pene, aunque parece que esto obedecía más a una función ornamental que anticonceptiva. Aristóteles, por su parte, recomendaba a las griegas una mezcla de incienso, cedro y aceite de oliva.
De entonces a la actualidad ha llovido mucho. Afortunadamente, los avances de la medicina han permitido que los métodos anticonceptivos hayan evolucionado y, además, se hayan diversificado, lo cual posibilita que, previa prescripción médica, la persona pueda elegir el más adecuado a sus características.
¿Lo empleas correctamente?Con el fin de evitar un embarazo no deseado, a menudo —por desconocimiento o esnobismo— muchas personas asumen estrategias que pueden resultar perjudiciales.
Es bueno tener en cuenta que ya la etapa “primitiva” de anticoncepción ha sido superada y aunque persisten algunas prácticas naturales como el coito interrumpido y el control de los ciclos reproductivos, lo cierto es que nada es tan eficiente como la ayuda de un facultativo. Ellos son quienes realmente saben cuál y en qué forma cada individualidad puede recepcionar la anticoncepción.
Según el doctor Sergio Carballo Casas, especialista en Ginecología y jefe de la Unidad Quirúrgica del hospital gineco-obstétrico Ramón González Coro, en Ciudad de La Habana, los llamados métodos anticonceptivos de barreras (como el condón o el diafragma) figuran entre los más difundidos en nuestros días. Pero existen otros.
Los procedimientos hormonales, por ejemplo, se basan en productos que inhiben la ovulación y pueden ser administrados por tres vías: oral, inyectable e implantes subcutáneos.
El mercado internacional dispone de píldoras que pueden utilizarse como anticoncepción de emergencia al día siguiente de haber tenido relaciones sexuales. Otro de los métodos es la esterilización irreversible femenina y la masculina o vasectomía, de menor uso entre la población.
También se encuentran los Dispositivos Intrauterinos (DIU), generalmente de plástico, aunque algunos tienen una cubierta de cobre para reforzar el efecto anticonceptivo, como la T y el anillo. El asa y el multiload son igualmente variantes que junto a las anteriores, pueden combinarse con los métodos hormonales.
¿Cómo acceder a ellos? En todas las áreas de salud están habilitadas las consultas de Planificación Familiar, a las que pueden asistir los interesados para recibir consejería médica especializada. Los adolescentes tienen a su disposición la consulta Infanto-Juvenil.
Ventajas y desventajasSi bien es cierto que algunos de esas técnicas de anticoncepción poseen un alto grado de confiabilidad, principalmente los de barrera, no son infalibles. A su vez presentan su indicación y contraindicación, por lo cual no deben ser aplicados a todas las parejas.
Los DIU predisponen a sangrados anormales, procesos infecciosos y facilitan la aparición de inflamaciones en el aparato genital. De ahí que se recomiende a mujeres que ya completaron su desarrollo y tienen una relación sexual estable, no así a las adolescentes.
Los métodos hormonales, de hecho, son los que se prefieren para estas últimas y para aquellas que tienen trastornos en su ciclo menstrual, pero siempre que no tengan contraindicaciones para usarlos.
“Las mujeres jóvenes son las que más demandan anticoncepción —comenta el doctor Carballo Casas—, sobre todo las que están en etapa reproductiva. Hoy, con el desarrollo de la ginecología infanto-juvenil, las muchachas menores de 20 años acuden con mayor frecuencia en busca de ella”.

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