lunes, 3 de agosto de 2009

Sexualidad y ocio


Al igual que la sexualidad y como casi todas las cosas que en esta vida nos produce gusto y satisfacción, el ocio ha contado con promotores y detractores del mismo a lo largo de la historia. Y al igual que la sexualidad ha sido entendido como peligroso o liberador.
Sabemos que en la Grecia clásica, en Roma e incluso en la oscura y mágica Edad media el ocio era considerado como algo deseable, dignificante y capaz de aportar felicidad a la vida humana. En este caso se erige el ocio como un valor a potenciar y cultivar. Pero también se sabe que ha sido presentado como un contravalor moralmente indeseable,como un vicio en si mismo y como potencial generador de otros vicios, a su vez generadores de los grandes males de la historia.
Siendo esta una concepción puritana del ocio que ha dominado en los últimos siglos y de pervivencia presente en la actualidad mas de lo que se pensaba.
Por ello los valores que se le han adjudicado al ocio son:

- Libertad,autonomía e independencia
- Felicidad,placer, diversión
- Creatividad, personalizacion y diferencia, sociabilidad y comunicacion
- Culturizaciòn
- Valores de lo cotidiano, extraordinario o excepcional
- Solidaridad,participacion social y política

Véase que con este catalogo de los valores de los que se ha dotado el ocio, se podría crear otro exactamente igual de valores aplicados al sexo y lo sexual. Frente a este catalogo de valores hay, ¿Como no podría haberlo? otro enfrentado de contravalores a saber:

- Alineación, manipulación,dependencia
- Insatesfaccion, aburrimiento,tedio
- Ostentacion, mercancía
- Consumismo, vulgaridad, aislamiento,incomunicación,desolación
- Fribolidad, monotonía,inercia,extravagancia, indiferencia.

En la década de los setenta y ochenta varios autores publicaron diversos ensayos reivindicando las virtudes del placer y del dolce farniente, como liberadores del ser humano frente a un sistema excesivamente opresivo y productivo, que tendía crear un encorsetamiento utilitarista del saber y de la cultura. Esta libertad en ciernes se vio cernada y parcelada por el emergente del "yupismo" como modelo de vida para la juventud. Hoy día nos encontramos con la paradoja de que la llamada cultura del ocio justamente de lo que carece es de tiempo para cultivarlo.
La ausencia de ese tiempo es causa de frustración y malestar. Hay que llegar pronto y rápido a todos lados y también esto afecta al desarrollo y la expresión sexual de las personas, hay que ser efectivo y productivo, alcanzar los estereotipos creados y ser perfectos. Esta situación ha afectado enormemente a la vivencia de la sexualidad de los adultos y por extensión y herencia a los jóvenes y niños,creando la urgencia de llegar al final del aprendizaje sin recorrer el camino.La consecuencia es la creación de lo que podría llamarse ansiedad ante y por lo sexual.
Si antes fue la represión abusiva de la sexualidad la creadora de angustias y conflictos, en la actualidad es la "obligacion" creada y deseada de ser amante experimentado y estéticamente perfecto, sin haber perdido el tiempo recorriendo el largo y esforzado aprendizaje erótico.
Desde la perspectiva educativa queda la opción de recobrar la importancia de perder y dar el tiempo para que ellas y ellos ( niños, púberes, adolescentes y jóvenes) destinatarios por excelencia de la pedagogía del ocio, puedan aprender las cosas de la vida, enfrentándolas con la calma y creatividad que requiere la andadura del ser humano, como ser sexuado que en su totalidad, desde todas y cada una de las células de su cuerpo hasta la creación de su simbólica como punto cumbre del desarrollo...